Manualidades

Todos recordamos con nostalgia las clases de manualidades del colegio. Eran días tranquilos, en los que nuestra mayor preocupación era saber recortar un círculo amarillo de papel pinocho; pero también eran días de gran aprendizaje, en los que desarrollábamos desde nuestra mente hasta la interpretación del mundo. Una actividad llena de beneficios y entre los que podemos citar los siguientes.

Por supuesto hablamos del desarrollo de la creatividad pues las manualidades relacionamos nuestra visión del mundo con lo que el mundo es en realidad. Desarrollamos nuestra imaginación y también aplicamos soluciones diferentes a problemas concretos.

También desarrollamos nuestra paciencia y perseverancia. Tratamos de conseguir un objetivo y, si nos equivocamos, lo corregimos o incluso lo adaptamos para que se acerque más al modelo que buscamos.

Habría que hablar también de la memorización. Para la próxima vez que tengamos que hacer una manualidad recordaremos cómo coger las tijeras, cómo se aplica el pegamento o la mejor manera de hacer un animal de plastilina.

No hay duda de que la psicomotricidad también se desarrolla: movemos los dedos, usamos herramientas, lo que fortalece nuestras extremidades.

Y, claro está, fomenta la autoestima. Nos vemos capaces de asumir un reto y de llevarlo a buen puerto; y además nos vemos recompensados cuando nuestros padres usan o guardan lo que hemos hecho para ellos. Las manualidades, ya se ve, son algo más que una manera de hacer que los más pequeños lo pasen bien en clase, son toda una enseñanza para la vida.


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