El humor y la risa son exclusivos del ser humano, no hay otro animal que se ría si no es por intermediación física. Una sonrisa, la sonrisa de un niño es una de las cosas más bonitas que existe para sus padres, es síntoma de felicidad y alegría. Y, a veces, es complicado hacer bromas a un niño sin caer en tópicos.
Los niños se suelen reír en un principio por acto reflejo, hasta que, igual que con las palabras, asimilan el acto y les sirve como comunicación con el exterior. Es importantísimo para el futuro de los niños el inculcarles el humor. Les ayudará a llevar una vida más fácil y afrontar con mejor mentalidad los retos que les vayan surgiendo.
Aparte, así comprenderán mejor el contraste entre buen humor y reprimenda y les servirá como medida en su futuro.
En cuanto a los temas que más gracia hacen a los niños, son bastante similares a la de los adultos: la rebelión contra la autoridad, incidir en fallos, situaciones que humillen lo que les produce miedo, juegos de palabras y, cómo no, vulgaridades. Siendo niños, cuanto menos compleja sea la broma, más fácil será que se rían. Los juegos rebuscados, las situaciones que requieran de demasiada imaginación o lo abstracto pueden resultar complicados.
Hay que tener en cuenta que el humor debe ser entrenado a diario y formar parte de su vida cotidiana. Como todas las cosas positivas en la vida de los niños, hay que ayudar en lo posible para que no se abandone. El humor no surge de la nada, tiene que haber una intencionalidad del emisor para que el niño lo sienta y capte. También hay que saber medir y educar para que sea capaz de ver dónde está el límite entre el humor y la poca educación, qué barreras no se deben sobrepasar.
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