Todos hemos pasado grandes ratos leyendo cómics y, seguramente, al acabar con uno de ellos nos hemos preguntado de dónde salen esas ideas o cómo se hacen. Pues bien, a la hora de hacer un cómic hay varios pasos.
Idealización: ¿de qué tratará nuestro cómic?, ¿será la aventura de un superhéroe o una serie de tiras cómicas sobre un gato? El autor dirá de que trata, cuáles son los personajes, cuál es su personalidad.
Diseño de producción: en ese paso se hacen dibujos de cómo van a quedar los personajes, de en qué ambientes se moverán, y qué estilo queremos; desde si va a ser un cómic para niños hasta si queremos que nuestros dibujos parezcan hechos a lápiz o si queremos algo tan auténtico que parezca una foto.
Documentación: todas las historias la necesitan. Por ejemplo, si Spiderman necesita ir por Nueva York el escritor y el dibujante deberán saber si en la calle hay un rascacielos que subir, una escuela que salvar, un banco que atracar...
Guión: Una vez conocido el escenario y los personajes el escritor desarrolla la historia con sus diálogos y descripciones. A menudo un escritor va pasando poco a poco el material al dibujante para que haga sus dibujos en función de cómo se describe.
Guión técnico: se hace un boceto del cómic o capítulos entregados para saber cómo puede quedar y poder realizar cambios.
Encaje y entintado: Las viñetas dibujadas se pasan a tinta.
Color: si es necesario los dibujos se colorean. Se puede hacer directamente sobre el dibujo o bien escanear el dibujo en blanco y negro y aplicar el color por ordenador.
Impresión: el cómic se reproduce en imprentas.
Para que lo pasemos bien con nuestros personajes favoritos ha hecho falta el trabajo de mucha gente, ya lo veis.
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