Van dos ceros por la calle y ven a un ocho en la acera de enfrente.
Un cero le dice al otro: - ¡Mira ese qué chulo va!, ¡qué cinturita se le ha quedado después de la dieta!
Explicación
En algunos meses anteriores hemos hecho que los animales hablasen como personas, este mes lo hacemos con los números. Imaginemos que los dos ceros viven en una ciudad hecha para las cifras, son ciudadanos normales y, como podemos hacer nosotros, se encuentran con conocidos. Uno de esos conocidos resulta ser un cero que se ha puesto a régimen, y como cualquier otra persona se pasea alegremente con su nueva figura: ha adelgazado tanto que parece otro, como un vecino que parece distinto tras haber adelgazado unos kilitos. La gracia del chiste está en que si hacemos adelgazar a un cero por la cintura se nos transforma en un ocho. Haced la prueba: tomad una goma para el pelo, ¿a qué parece un “0”? Ahora apretadla por el centro. ¡Ya tenemos un 8! Para que veáis que los números también tienen sentido del humor.
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