En la escuela, la maestra dice:
-A ver Luís, ¿cómo te imaginas la escuela ideal?
- ¡Cerrada, maestra!
Explicación:
Ante todo honestidad, por mucho que haga daño Este chiste juega con eso de que "hay verdades que duelen". La profesora pregunta, confiada de que sus alumnos quieren aprender, cómo sería la escuela perfecta (quizá tenga una biblioteca gigantesca o pizarras cibernéticas). A un niño no se le puede andar con idealismos y siempre será franco. Y eso es lo que le ocurre a Luís, que admite que para él la mejor de las escuelas es la que no pone deberes, ni regaña por las faltas ni pone malas notas. Es decir, la escuela que no existe o que, al menos, está cerrada. Imaginamos entonces la cara de la profesora, que choca con la realidad por culpa de alguien mucho menos experimentado que ella y que, además, ha dicho aquello que todos pensaban pero nadie se atrevía a expresar.
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