Lo sabemos casi todo de Papá Noel: que vive en el Polo Norte, que viaja en un trineo llevado por renos, que unos elfos le ayudan en su trabajo cada nochebuena… pero hay algo que poca gente y es la historia de cómo Papá Noel se convirtió en el que lleva los regalos. Así que poneos cómodos, que os vamos a contar algo que se podría titular “Papá Noel Begins”.
Cuenta la tradición que Papá Noel tenía el nombre de Nicolás, que nació en el año 280 en Turquía y que se hizo sacerdote después de perder a su familia durante una epidemia de peste. Por lo que sabemos viajó mucho ayudando a la gente necesitada realizando milagros como la curación de niños.
Pero el comienzo de su actividad como regalador tuvo lugar cuando se enteró de que un pobre viudo padre de tres hijas había caído en la más absoluta de las pobrezas. Durante una noche y sin que nadie le viera Nicolás se coló por la ventana de la casa del viudo, vio que los calcetines de sus hijas colgaban frente a la chimenea para secarse y dentro de cada uno de ellos metió una bolsa de oro.
Seguro que no se os ha escapado el hecho de que Papá Noel se llamara Nicolás y que el encargado de llevar los regalos en Holanda sea San Nicolás. Sí, son la misma persona. De hecho se da algo muy curioso: los holandeses que llegaron a América en 1634 se llevaron la tradición de San Nicolás, que en su idioma se dice Sinterklaas. Sin embargo los estadounidenses que hablan inglés terminaron adaptando a su idioma ese nombre y lo llamaron “Santa Claus”. Que nosotros le llamemos “Papá Noel” se debe a que hemos tomado su nombre francés “Père Noel”, que significa “Padre Navidad”.
Y desde entonces hasta ahora le tenemos repartiendo regalos cada navidad. Por cierto, si algún día os vienen con eso de que Papá Noel fue creado por una marca de refresco o si su ropa es roja por culpa de los colores de la etiqueta de esa bebida os aclaramos que la verdad es que no: Papá Noel lleva vistiendo de rojo al menos desde 1869 y esa famosa bebida fue creada en 1886. Así que si un primo se pasa de listo esta navidad tenéis nuestro permiso para corregirle
