Inteligencia animal

Todos hemos visto a nuestro gato o perro teniendo un comportamiento de persona y hemos exclamado “¡mírale qué listo!”. ¿Significa eso que nuestra mascota es inteligente? Hay muchas discusiones en torno a ello, incluso a la hora de definir lo que es inteligencia: ¿se trata de la adaptación al medio?, ¿de la capacidad para resolver problemas?, ¿de la creatividad a la hora de obtener algo?, ¿de todas esas cosas juntas? La verdad… no tenemos ni idea (a lo mejor en la redacción no somos tan inteligentes), pero sí es cierto que muchos animales destacan por algo sorprendente que nos acerca a nosotros. Aquí tenéis una lista con algunos de ellos. Ojo, no es una lista que vaya del más inteligente al más tonto: sólo es una lista con la mención lo que hace a cada animal “listo”.

Elefantes: el animal terrestre más grande del mundo siempre se ha asociado con la inteligencia y la sabiduría. Y no es para menos: se sabe que son capaces de reconocerse frente a un espejo, usan herramientas hábilmente con su trompa y tienen una memoria prodigiosa.

Chimpancés: los primos del humano son capaces de resolver problemas matemáticos sencillos, hacer puzzles, o usar herramientas (algunas de ellas como armas). También son capaces de comunicarse en lengua de signos… ¡e incluso enseñarla a su descendencia!

Delfines: los simpáticos habitantes de los mares viven en grupos sociales complejos y tienen un sistema propio de comunicación. Si habéis visto un espectáculo de delfines habréis visto que hacen trucos para ser recompensados con peces. Pues bien, no se limitan a repetirlos, ¡también pueden llegar a mejorarlos para obtener mejores recompensas!

Pulpos: hace tiempo se hizo famoso un vídeo en el que un pulpo desenroscaba un bote de cristal para comerse una gamba que había dentro. Varios estudios han desvelado que tienen una importante capacidad de aprendizaje, lo implica que pueden organizar sus recuerdos con un fin como obtener comida. También se ha descubierto que son los únicos invertebrados (animales sin huesos) capaces de usar herramientas y tener capacidad para realizar planes de futuro (como portar medio coco con el objetivo de usarlo más tarde para esconderse).

Delfín

Ratas: Einstein decía que si las ratas fuesen del tamaño de un perro ellas serían la especie dominante. No le faltaba razón: viven en colonias organizadas y son rápidas a la hora de tomar decisiones sencillas. Un estudio reciente reveló que, cuando la colonia quiere desplazarse se manda a una rata exploradora que tantea el terreno, ¡y luego vuelve para indicar a sus compañeras cuál es el mejor lugar y el camino para llegar hasta él!

Cerdos: sorprende verlos en esta lista, ¿verdad? Se ha demostrado que los cerdos son los animales domésticos más listos y que son capaces de memorizar imágenes. Otro dato sorprendente: se ha descubierto que los cerdos se comunican entre ellos con gruñidos, ¡pero cuando hay humanos presentes utilizan otro tipo de sonidos! Por cierto, una vez unos científicos enseñaron a jugar a un videojuego simple a un cerdo y a un perro. El cerdo sacó mejor puntuación.

Cuervos: Si estas aves nos parecen siniestras saber que reconocen las caras de los humanos, son capaces de reclutar a otros de su misma especie para atacar en masa, y tienen “idiomas” que varían de bandada a bandada, no ayudará a mejorar nuestra opinión sobre ellas. Por cierto, ¿sabéis que son capaces de hablar como los loros? Ahora no nos extraña que sean los mejores amigos de los brujos.

Cuervo

Loros: Sabemos que no son unos pájaros comunes porque tienen la capacidad de hablar. Pero, ¿saben usar esas palabras? Se cuenta la historia de un loro gris que se perdió y fue capaz de decir a las personas que le encontraron la dirección y nombre de su dueño. Además, son capaces de usar herramientas y distinguir conceptos como “más pequeño”, “más grande” o “la misma cosa”. Consuela saber que tendremos aliados si los cuervos deciden atacarnos algún día.

Ardillas: las ardillas tienen pinta de ser listas, con sus rápidos movimientos y sus ojos vivarachos. Y realmente lo son: son capaces de montar “almacenes” falsos para engañar a aquellos que quieren robarles su comida. Según algunos científicos este comportamiento no es innato sino aprendido. Igualmente se ha demostrado que estos roedores crean un “mapa tridimensional” de su territorio para poder localizar sus reservas. En este caso se podría decir que el hambre es la madre del ingenio.

Perros: pese a que es un animal que nos ha acompañado durante toda nuestra historia su inteligencia ha sido poco estudiada, quizá porque muchos de sus comportamientos inteligentes se asocian erróneamente al adiestramiento. Se dice que la inteligencia de un perro mayor es similar a la de un niño de tres años, y se ha comprobado que son capaces de distinguir las fotos de perros de las de otros animales. Al parecer tienen muy seguro qué y quienes son.

Gatos: no cabe duda de que los gatos son muy inteligentes. Curiosos, observadores, astutos y oportunistas no dudarán en usar sus artes para conseguir lo que quieren ya sea simulando que duermen para quitarnos nuestro sitio en el sofá cuando nos levantemos o “hacernos la pelota” cuando tienen hambre o quieren que juguemos con ellos. Algunos científicos creen que son capaces de razonar y comprender. Quizá por eso muchas veces les sorprendemos mirándonos desde el pasillo con actitud pensativa y la cabeza ladeada.

Cada animal destaca en algo. Cada uno tiene su “inteligencia” particular. Es como cuando se hace un grupo de trabajo en clase y a uno se le dan mejor los problemas de mates, a otro las manualidades y a otro escribir. Todos sois listos, pero cada uno sobresale en algo. ¿Así que se puede decir si uno es más listo que otro? Claro que no. Con los animales ocurre igual.

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