Scooby Doo

Se supone que un perro debe ser valiente y estar dispuesto a sacrificarse por su dueño. Y más cuando tiene el tamaño de un gran danés. Pero esto no le pasa a Scooby Doo, bien lo sabemos todos, grandes y pequeños. Scooby parece más preocupado por darse un buen atracón cuando puede con su amigo Shaggy y, cuando ve que un monstruo o fantasma va a asustar a sus amigos, sencillamente sale corriendo.

Pero tiene suerte: siempre hay algo que le hace ayudar a descubrir un misterio o a vencer a un malo. Sea por una caída oportuna o un traspié que acaba levantando el disfraz del diablo o fantasma que aterroriza a sus amigos siempre sale vencedor. Y es que se supone que Scooby nos quiere decir que no hay nada que temer, que los fantasmas no existen y que la maldad es tan torpe que puede ser derrotada con algo tan tonto como un tropiezo. ¿Quién iba a decir que este simpático y tontorrón perro nos iba a dar lecciones? Y el caso es que lo lleva haciendo desde 1969.

Scooby y su mensaje nacieron después de una "crisis" en el mundo de los dibujos animados de televisión. Los padres de aquella época consideraron que las series que veían sus hijos eran demasiado violentas, así que se quejaron a varios canales y productoras, una de ellas la famosa Hanna-Barbera. (creadora de "Los Picapiedra", "Los autos locos" o "El Oso Yogui"). Ante la queja la productora decidió cambiar radicalmente sus series y hacer productos menos violentos, pero que a la vez atrajeran a la gente joven.

Una de las fórmulas sería hacer series de dibujos que mostraban las aventuras de grupos de música pop. Seguro que habéis oído la canción "Sugar", de "Los Archies" (si no preguntad a vuestros padres). Pues bien, "Los Archies" eran un grupo de dibujos animados. Su éxito hizo que Hanna-Barbera quisiera tomar la idea y añadirle un "toque peculiar": la banda resolvería misterios entre concierto y concierto.

Así los escritores Joe Ruby y Ken Spears, y el artista Iwao Takamoto se pusieron a trabajar. Estaba claro que la banda necesitaría un perro... ¡y que debería tocar los bongos! Pero no estaban seguros de su raza ni de su nombre: en un principio debía llamarse "Too Much" (que significa "Demasiado") y ser una especie de perro de lanas. Pero no convencía a los animadores ni a los productores: unos veían su comportamiento muy extraño, otros que su nombre no tenía "garra" y los animadores temían tardar demasiado tiempo en dibujar un esponjoso perro peludo.

Scooby y sus amigos

La suerte quiso que Iwao Takamoto fuese amigo de un criador de pastores daneses: son perros de rasgos grandes, muy definidos y tienen pelo corto, lo que les hace ideales para ser dibujados con unas pocas líneas. Igualmente la fortuna se le apareció al productor Fred Silverman, que trabajaba en la cadena en la que emitía sus series Hanna Barbera: escuchando una canción de Frank Sinatra se dio cuenta de que el cantante empezaba a tararear "Doobie Doobie Doo", la expresión le hizo gracia y propuso el nombre a los guionistas de la serie, que modificaron el tarareo para que sonara más como un nombre propio.

Tras esos dos golpes de suerte el perro de la banda acaba siendo el personaje mejor construido. Un perro cazador de misterios podría gustarle mucho a los niños... y se decidió que la serie se centraría en él. Se olvidó el asunto del grupo musical y el grupo de amigos de Scooby se acabó convirtiendo en una sociedad de buscadores de misterios.

... Y no se equivocaron. Prueba de ello es que seguramente en vuestra casa sabéis quién es este personaje vuestros padres, vuestros hermanos y vosotros; que 43 años dan para mucho.

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